La oferta de desinformación solo se reducirá cuando se frene la demanda. La escuela es el punto de partida para crear una ciudadanía con suficiente espíritu crítico y formación como para rechazar la mentira, incluso cuando es inconveniente, se adapta a nuestros prejuicios o desearíamos que fuera verdad. Cursos específicos deben enseñar a las nuevas generaciones a identificar la manipulación informativa.